Comparto un interesante texto escrito por un compañero y colaborador del blog, analizando con maestría el fenómeno venezolano desde una óptica marxista real. Estas lineas son en realidad, la praxis politica que debería seguir todo hermano latinoamericano que se reivindique comunista.
Enfrentar al Bonapartismo y desenmascarar al Socialismo del S.XXI. sin caer en el fanatismo.
El trotskismo y algunos sectores maoístas no comprenden
que es inoportuno y principista centrar el ataque en los bonapartismos
latinoamericanos. No hay duda de que el carácter de estos regimenes burgueses
se lo dá la necesaria aplicación de medidas contracíclica ante la crisis
económica y las luchas populares de los años 90. Medidas anticiclicas decididas
y aplicadas por facciones de las burguesías nacionales que aprovechan la
multipolaridad y las luchas populares para presionar y renegociar su
participación en el saqueo de sus propios pueblos, ante un imperialismo
debilitado por la crisis mundial y sus luchas intestinas. Pero no hay que
olvidar que la situación actual se caracteriza por el auge de las luchas
populares en un contexto de crisis económica y de dominación, en una época
histórica que -como bien hemos caracterizado los comunistas- es la época del
tránsito del capitalismo al socialismo, la época de la hegemonía del
proletariado en la revolución. Todas las contradicciones se agudizan en este
sentido y a pesar de las derrotas, que en perspectiva histórica son lógicas e
irrelevantes, no hay otra clase social que pueda dar solución a los problemas
del presente, que no sea el proletariado haciendo cumplir sus intereses, eliminando
la explotación y con esto las crisis de superproducción relativa. Si partimos
de esto y reconocemos que como dijo Marx “el partido de la revolución se formo
enfrentando la oposición cerrada del partido del orden” no hay que despreciar
ninguna oportunidad donde la lucha concreta haga escuela entre los proletarios.
Y cuando hablo de lucha concreta me refiero a guerra civil. Hoy el régimen
venezolano festeja su derrota. Un 50% de votos es el primer paso hacia su
retirada y de común acuerdo va a dejar el lugar “al partido del sable y la
sotana” como decía Marx. Así ha ocurrido siempre en todas las experiencias que
hemos visto en América Latina con este tipo de regimenes bonapartistas. La
oposición venezolana derrotada por el pueblo cuando intentaron la vía del golpe
de estado, hoy esperan a que el régimen se debilite ante una inflación
inevitable que es la muerte de este tipo de estrategias de acumulación
capitalista que reactivan el mercado interno a base de una política monetaria
variable y estímulos al consumo, que ofrecen mejoras competitivas transitorias
y una salida a los productos que nadie podía comprar, al tiempo que una
deflación los ponía por debajo del costo de producción. No obstante la historia
no está escrita. Se equivocaron al dar el golpe en el 2002 y eso fogueo y dio
un protagonismo a los sectores populares que empujó al chavismo incluso más
allá de lo que estaba dispuesto a llegar. Hoy de repetirse esta experiencia
-cebados los golpistas por el 49% de los votos que sacó la oposición-, quizás tengamos
otra posibilidad de ver en la lucha concreta otro salto de calidad en los
sectores populares venezolanos, logrado este avance, a fuerza de sangre y
desengaños ante un bonapartismo que predicará la paz y buscará salidas de
acuerdos y compromisos con las otras facciones y el imperialismo.
Si algo así
ocurre, todos los comunistas tendríamos que ser audaces y apostar a desbordar
en la lucha concreta. Una postura principista que niegue la capacidad de
avanzar en la praxis de la lucha, la conciencia de los sectores populares
(aunque lo hagan en nombre de San Chávez) es un error. Una situación como la
que se dio entre la Revolución de Febrero y la de Octubre -Kornilov de por
medio- es posible. Y así como los soviets fueron sacados de la influencia de
los eseristas y mencheviques y pasaron a manos de los comunistas, podríamos
tener en Venezuela un proceso similar. Si los bolcheviques reclamaban que el
gobierno provisional no cumplía lo prometido, los revolucionarios venezolanos
podrían reclamar que Maduro no enfrenta decididamente a los golpistas. Y así
como los comunistas chinos demostraron en la lucha concreta que ellos eran los
únicos que enfrentaban decididamente al invasor japonés, los revolucionarios
venezolanos pueden ganarse la dirección de la lucha en el frente mismo de
batalla, con el ejemplo. No hay que cerrase a las posibilidades, y además, nada
vendría mejor al movimiento comunista internacional que unificarse detrás de
unas Brigadas Internacionales para Venezuela. Ya no es cosa de diagnósticos y rótulos
para atacar al régimen venezolano, ahora se trata de pensar y valorar nuestras
fuerzas concretas, en nuestra labor y nuestra táctica. Hoy el partido comunista
de habla hispana que no esté valorando las posibilidades que se abren en el
caso de Venezuela y lo que esto implica a la hora de foguear a sus cuadros en
la lucha concreta, y además no vea la necesidad imperiosa que tenemos de un
ejemplo de lucha violenta y guerra civil que unifique la marcha del movimiento
comunista hispanoparlante, está condenado a ser un partido de Internet ó ver
pasar la historia desde la ventana como el KKE, y digo esto con preocupación y
no con odio hacia los camaradas Griegos que todavía no superan las ataduras que
les dejó el revisionismo.
Si en
Venezuela hubieran sobrevivido comunistas organizados capaces de resistir los
primeros embates del bonapartismo sin caer en el principismo y los ataques
frontales antichavez, en medio del auge de las medidas de estimulo al consumo y
cooptación del pueblo, y así no alejarse de las masas, comprendiendo que el
pueblo debe aprenden de la experiencia y no de los sermones; en este contexto
con acciones decididas contra los golpistas, hubieran capitalizado un poder y
un respeto entre lo más avanzado del pueblo que ve las limitaciones del chavismo.
Pero para eso se necesitan dos cosas: paciencia y audacia, cosas que
generalmente no van de la mano y de la cual depende el arte de la política y la
insurrección.
De no
suceder nada extraordinario, en Venezuela solo falta esperar que el bonapartismo
de las facciones burguesas nacionales que dirigen el proceso, se desgaste por
la propia lógica de las medidas “anticiclicas”, que terminaran en
una inflación creciente que no se controla con discursos y símbolos, sino
con dictadura del proletariado y economía planificada. Algo que,
obviamente, por su propia naturaleza nunca van a impulsar estos sectores.
Por otro
lado, el revisionismo cumplió su papel a la perfección, sembrando defensismo y
posibilismo, predicando una salida en el reforzamiento de la economía
cooperativista y su supuesta construcción de las bases materiales del
socialismo, compitiendo contra los monopolios en una economía mixta. Si fuera
la primera vez que se escucha esto sería al menos para discutirlo, pero a esta
altura es ridículo. Ahora llaman al trabajo duro y a combatir la corrupción…
dicen que por ahí pasa la lucha revolucionaria. Otra vez serán cómplices de una
masacre entregando a las masas con la guardia baja, es otra reedición de los
que hizo Allende con la complicidad de los revisioncitas chilenos. ¡todos a
seguir trabajando con normalidad! ¡cada uno a su puesto de trabajo! ¡no demos
excusas a los desestabilizadores! Esas palabras son un deja vu. Solo la duda
del imperialismo -precisamente porque saben que no están en terreno fácil- ha
salvado a Maduro, al que prefieren a regañadientes, porque él mismo y como con
el mismo cinismo de Chávez, repite: “nosotros somos garantía de
estabilidad”.
Y los comunistas hemos perdido otra
oportunidad de poner sobre la mesa una experiencia de lucha capaz de unificar y
ser un faro para los pueblos del mundo. Se demostró otra ves que muchos de los
que se dicen comunistas temen a la guerra civil y están asustados con el cuco
de la intervención imperialista y meten miedo diciendo que Venezuela se puede convertir
en otra Libia. Su argumento solo lo sustenta la cobardía. De lo que se trata
aquí no es de evitar la intervención imperialista, que indefectiblemente
ocurrirá de existir un proceso revolucionario, de lo que se trata es de
valorar cuando y en que contexto es preferible dar esa batalla contra la
intervención. ¿Qué van a esperar? ¿A que los bonapartistas demagógicos y
falaces se desprestigien completamente y los pueblos no quieran ni escuchar la
palabra socialismo? ¿Van a esperar que la desmoralización y el hambre que
causará la inflación y la bancarrota de las medidas anticíclicas obliguen a las
masas a rendirse? Como lo veo, si en la lucha decidida no desbordamos ahora y
obligamos a los bonapartistas y a los burgueses golpistas y aventureros a
agudizar sus contradicciones, no hay otra salida que una derrota de los pueblos
por desgaste y desmoralización, causada por el desengaño que generan estos
procesos oportunistas de las burguesías nacionales.
La "paz y normalidad" para seguir construyendo de apoco el "socialismo" del siglo XXI es el peor enemigo del pueblo venezolano. Por eso, aunque los mismos principistas trotkistas y maoístas de siempre pataleen, si es necesario luchar con una estampita de San Chávez en cada barrio atrincherado, que así sea. No se trata de purismo ideológico y color de banderas, se trata de lucha concreta, se trata de formar las autodefensas en cada barrio, de dar escarmiento a las bandas golpistas y opositoras aprovechando los reclamos de venganza y justicia que hierven en el pueblo venezolano. Con el 50% de los votos y siendo los opositores los que desataron la violencia no hay excusas. El que asusta con que no hay que dar excusas y lugar a la victimización de los opositores solo es un típico burgués nacional que teme más a su pueblo que al imperialismo. Y ya conocemos las claudicaciones y traiciones de esos burgueses.
Dzerjisnkii
Dzerjisnkii
Bonito es el discurso pero donde esta esa practica concreta que llamas en tu articulo, acaso esos ejemplos ya no hemos visto en que acabaron en meros circos electorales.
ResponderEliminarLo que corresponde es fomentar el marxismo en las masas y eso no se va hacer reivindicando a Chavez o gritando por Chavez sino desenmascarando el oportunismo y los sectores podridos que son en una mayoría dentro de ese proceso de "socialismo del siglo XXI", las masas honestas se darán cuenta de su error y enmendaran el camino que no es otra que iniciar la guerra popular.
A nosotros nos ha tocado una etapa dura y difícil pero lleno de grandes perspectivas como dice el presidente Mao, nuestro futuro es luminoso y a eso vamos e iremos por que eso nos enseño Stalin ante su tumba del gran Lenin en su juramento.
Nosotros decimos gloria al marxismo leninismo maoismo que es la sabia que va irradiando claridad en el proletariado a nivel internacional.
Y ¿Dónde está ese maoísmo fomentando el marxismo en las masas venezolanas? Estamos igual que como empezamos. Al final ustedes parecen estar en sintonía con los trotkistas, que están de acuerdo con el fin pero no con los medios.
ResponderEliminarDefinitivamente nada vamos a lograr remando contra la corriente, saliendo al choque, criticando a Chavez antes de tiempo, ¿no le parece?.
El fanatismo intransigente de algunos maoístas en caracterizar al proceso chavista como una simple expresión “fascista” es bastante vergonzoso y no ayuda, sino que los desprestigia, tanto como marxistas, como políticos.
Saludos.
El maoismo sera uno con el proceso venezolano y de eso no dudamos nunca ya que la clase es sabia y con el tiempo enmienda sus errores, así como ahora la masa es desviada por el chavismo, por el discurso religioso de maduro que ahora ha tildado su gobierno de "resurrección nacional". Desviaciones que el pueblo de Venezuela superara.
ResponderEliminarComo parte del pueblo auguramos por que el pueblo de Venezuela abra los ojos ante esas desviaciones y erija un proceso popular independiente sin sometimiento a algún imperialismo. Eso aspiramos y a todo aquel que osa llamarnos principistas pues les diremos que somos seguidores de los principios de la clase y ante ello somos intransigentes, no alimentamos fantasías ante las masas sino decimos las cosas como son y sabemos bien que la creación del Partido de vanguardia no sera obra de todo el pueblo sino de su vanguardia, lo más selecto de la clase y serán ellos lo que lleven el proceso adelante, acá no hay misterio alguno así nos enseña el Presidente Mao, construir las tres varitas mágicas: el partido, el frente y el ejercito. Sin la existencia de ello no hay revolución alguna en ningún país.
Ya que tanto exigen es bueno saber que al menos ya hay posibles germenes de estudiar el maoismo seriamente en Venezuela.
Enlace: http://granmarchahaciaelcomunismo.wordpress.com/2013/04/17/venezuela-interes-por-el-estudio-del-marxismo-leninismo-maoismo/
Saludos.
Bueno esperemos entonces que el estudiante iluminado maoísta de los emails, pueda fundar algo así como una escuela de cuadros maoístas como para ir empezando. De momento el chavismo seguirá su curso, y el PCV seguirá posicionado como segunda fuerza política agrupada dentro del PSUV.
ResponderEliminarUn saludo.
El PCV es de tendencia dengxiapinista, o sea sucursal del revisionismo maoista y por ende no va conducir ninguna lucha del pueblo salvo para sus propios intereses electoreros.
ResponderEliminarEso es un realidad que se ha visto en todo el proceso del Chavismo.
El PCV no defiende el "socialismo" de mercado, ni reivindica a la China capitalista, por el contrario. Solo se sostienen relaciones con el PCCh, pero no hay que exagerar camarada. Yo por ejemplo, defiendo al PCP (S-L) y sin embargo no soy maoista.
ResponderEliminarSaludos.
El problema del PCV surge cuando a finales de los 60 cierra la posibilidad de crear milicias, poner fin a la etapa guerrillera le produjo división interna y polemica publica con Cuba.
ResponderEliminarTampoco hizo el trabajo con Chavez, que hizo los comunistas cubanos con los Castros en la universidad donde iniciaron el estudio del marxismo, hasta 1998 el PCV como otras fuerzas de izquierdas aislaban politicamente a Chavez, mientras otros como la liga socialista de Maduro ya estaban apoyando a Chavez en la carcel, la mujer de Maduro fue su abogada defensora.
Por esto mismo la tactica que realiza el PCV es la unica posible en el actual escenario, luchar por un cambio de correlación de fuerzas internas para que la pequeña burguesia no sea hegemonica en el proceso revolucionario, para que esta fracción no pueda boicotear el impulso de los consejos socialistas de trabajadores, el poder popular, con lo cual considero es necesario que las milicias bolivarianas pasen a ser controlado por estos instrumentos de trabajadores que se conviertan en alternativas revolucionarias al estado, se constituya formalmente la dualidad de poderes para que finalmente los soviets venezolanos destruyan el aparato burgues y construyan la institucionalidad.
"
Por eso, aunque los mismos principistas trotkistas y maoístas de siempre pataleen, si es necesario luchar con una estampita de San Chávez en cada barrio atrincherado, que así sea"
Esto idea concreta es precisamente lo que defendi en foro comunista mientras me dejaron los principistas participar.