En un mundo practicamente diverso. En un mundo donde se utopiza sobre la paz. En un mundo donde no exista el rencor, necesariamente no debería faltar la memoria.
Veo con total pena que inservibles momentos que abarcan ciertas mentes de algunas personas se dediquen a defender golpes sangrientos que en su agenda se les escapo la libertad y la diversidad.
Que cosas que tiene la vida, caprichosas, y contradictorias, pero que dan a pensar. Ahora los defensores de los milicos golpistas y genocidas piden que la sociedad sea tolerante, y acepte diversidad. Y la Justicia la resuelve mediante el dialogo y el debate, mientras que cuando ellos tuvieron el poder persiguieron, saquearon y mataron a lo mejor de toda una generación.
Por eso, hasta que no vea a los genocidas revolcándose de dolor en los calabozos o colgados en la Plaza de Mayo, no descansare en mi lucha por verlos sufrir.
Podrán esconderse detrás de la tolerancia, de la diversidad, de la necesidad de dar vuelta la página, podrán querer callar las memorias de algunos. Pero los 30.000 héroes reencarnan en mi y en otros miles de jóvenes sus gritos de libertad.
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